En medio de la destrucción por el avance de los incendios forestales en el sureste de Australia, las autoridades del país de Oceanía decidieron sacrificar hasta 10.000 camellos salvajes, población desbordada luego de que los animales, desesperados por obtener un poco de agua en medio del calor y las llamas, ponen en peligro las comunidades del desierto, todo esto en medio de una sequía atroz
Al mismo tiempo, ya se confirmaron 25 víctimas mortales desde septiembre, con decenas de desaparecidos, más de 100 mil evacuados, cerca de 15 mil viviendas destruidas y la impactante cifra de casi 500 millones de mamíferos, reptiles y aves que perecieron. Las estadísticas fueron confirmadas por la Universidad de Sydney que, ya advirtió, las cifras “podrían ser mucho más graves”.
La ministra del Ambiente Sussan Ley confirmó que casi 30.000 koalas en todo el país han muerto, es decir, un 30% de la especie. Dailan Pugh, ecologista australiano, advirtió la “inminente” desaparición de la especie “puesto que no todos tienen la capacidad de reproducirse por poseer la bacteria Chlamydia Pecorum que causa esterilidad y una salud frágil para este animal”.
Basta con tomarse un avión hasta Australia y desde el aire ya poder ver cómo todo lo que rodea a la isla es humo, noche, fuego y destrucción por todos lados. Para tomar dimensión del tema, desde mediados de julio hasta la fecha, los incendios forestales destruyeron casi 6 millones de hectáreas en la región sureste del país.
Si bien la temporada de incendios es algo habitual para los australianos, cada año se agrava aún más, y esta temporada no tiene precedentes en los estados de Nueva Gales del Sur, Australia Occidental, Victoria y Australia Meridional, que según los últimos datos del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus “el avance y la ferocidad del fuego fue implacable”.